
El Colegio Diocesano, nació con vocación de servicio. Es un colegio, como marca su ideario, de identidad católica. Con un respeto ejemplar por quien no comparte nuestra fe; ofrece, a todo el que quiera seguirlo, el modelo de Jesús de Nazaret y los valores que profesa la Iglesia Católica. Y lo ofrece no por razones de proselitismo o porque sin entender el cristianismo sea imposible entender los logros más nobles de la cultura occidental, sino por el convencimiento de que en medio de una cultura relativista del “todo vale”, en Jesús resplandece el “esplendor de la verdad”, que alumbra el sentido más pleno a la existencia humana, a la vez que alienta el florecimiento de las mejores semillas de esperanza que el niño y el adolescente llevan en su alma. El Colegio Diocesano no quiere limitarse a cumplir. Quiere hacer un trabajo bien hecho, profesional, serio. No quiere sólo trasmitir conocimiento, sino hacer personas: “Saber más para ser más”. Ello exige rigor, esfuerzo, renuncias, porque nada que valga la pena se logra sin esfuerzo y sacrifico. La alegría de los frutos recompensa, a la larga y a la corta, el sacrificio.
(Presentación Ideario del Colegio)